viernes, 14 de septiembre de 2012

1.-

Son las 7:00. Estoy menos cansado de lo que esperaría después de que nos despertaran recurrentemente en el avión para darnos de cenar a las 2h y de desayunar a las 5:30h. Escribo desde un salón de doble planta a todo lujo, sentado en un sofá enorme de cuero, en una tele enorme a unos metros de mí ponen Big Bang Theory en inglés (es tele por cable).

Pero…¿Cómo llegué aquí?

Al salir del avión un policía que revisaba los pasaportes en el mismo finger de salida del avión le hizo un gesto a un tipo apoyado en una pared que había unos metros más atrás. Éste con cara de pocos amigos, se me acerca y me dice..”Vas a Bata”. No lo preguntó, lo afirmó. “Ven conmigo”.Me dio un mal rollo enorme... No parecían parar ni decir nada a nadie más. Unos metros más allá recibe o hace una llamada y me dice te veo después de que recojas la maleta. Bajé a por ella, aduana, foto con y sin gafas, lectura de huellas de sendos dedos índices y paso, recojo mi maleta, sale de las primeras. Hay que pasar otro escaner con todo el equipaje, después hay policías revisando las maletas del personal. Yo recojo la mía y como no me dicen nada paso de largo. Entonces me lo indican.. (es al 100% de la gente).La revisan muy ligeramente para mi tranquilidad y atravieso la puerta de salida de la sala para encontrarme de bruces en la calle, delante del parking. ¿y ahora qué hago? No tengo ningún dato de la persona que se supone viene a recogerme (el primo del padre Salvador), hay grupos de guineanos a la espera como para ofrecer coches o esperando a gente… no me da tiempo a pensar más.

Otra persona me sale al encuentro y me dice, ven, ¿vas a Bata, no?Te esperan en recepción. (En el impass anterior había revisado el pasaporte para darme cuenta de que no ponía residencia en Bata ni nada, ¿como podía saberlo esta gente?) Sin poder hacer mucho más le sigo, caminamos por fuera de la terminal y volvemos a entrar por lo que parece la entrada principal. En ese preciso instante aparece otra persona (la 3ª) que dice que viene a+ recogerme. Entramos entonces los 3 a una sala, como de paso a los embarques, donde también aparece el primer poli que me paró con cara de pocos amigos. La última persona que apareció les comenta, vengo de parte de Cándida, Candy… Yo les respondo que no conozco a ninguna Candy que a mí me iba a recoger otra persona, me pregunta que quién se supone que iba a recogerme y yo le respondo que si se lo digo me va a decir que es de parte de esa… Entonces hace una llamada corta y me pregunta que si me iba a recoger alguien de parte de Salvador, al fin sale su nombre, yo le respondo que sí. Y les dice a los polis que Candy es la mujer de Salvador. Yo en ese momento no me percato del detalle pero cuando salimos de la sala le pregunto inocentemente…¿Quién dijo que era Cándida? Me responde que es su prima o su hermana pero que dijo que su mujer para que no dieran problemas..

De camino al parking le pregunto que donde vamos, me responde que por ahora a casa de Candy, que aun no hay vuelos..Nos acercamos a un jeep donde espera otro negro que me parece que mide 2 metros, aún no lo he comentado pero mi móvil, al que miraba cada 2 minutos no reconocía ninguna compañía con lo que no podía hacer ninguna llamada.. En ese mismo momento me consigo plantar, andaba algo aturdido del viaje o que se yo, y le digo, antes de subir que me gustaría hablar con Salvador. Siento como piensan que desconfío, el que me fue a buscar le pide un teléfono al otro y hacen una llamada, mientras se marca canta el número y mirándome me dice, es ese el número que tú tienes, no? Así es. Me pasa el teléfono y hago auténticos esfuerzos por intentar reconocer una voz que habré escuchado no mas de 5 minutos de ocasiones anteriores. Si me quiere sonar. Me explica que por ahora no hay vuelos y que “su hermana” está intentándome conseguir uno, si alguien se da de baja podré salir por la mañana sino tendría que esperar a medio día. 

OK, subo al coche. 

En ese momento me fijo por primera vez en el paisaje, un día gris nublado envuelve una vegetación exuberante que rodea el aeropuerto. Hay unos árboles espigados gigantes espectaculares. Salimos por una autopista donde varios carteles felicitan al presidente por su cumpleaños, dejamos a la izquierda un Hilton que más bien parece una cárcel sudamericana con un hormigón sucísimo y ventanales de pavés. No hay casi coches ni vida, a los lados de la carretera se ven unas mansiones como sacadas de Beverly Hills, con sus columnatas romanas a lo Casa Blanca de Washington. En menos de 10 minutos estamos pitando delante de una de ellas hasta que un hombre nos abre un portón.Son las 6:40. 

Me invitan a entrar y a sentarme en el sofá desde el que apunto esto en una libreta ahora mismo. Sube una escalinata que parte el salón en 2, toca una puerta, “Ya está aquí”, sale una mujer en camisón, que obviamente estaba dormida y me dice desde arriba + o – lo mismo, que tengo que esperar a que haya vuelo, me invita a sentarme y esperar. El chico(¿su hijo?) me pregunta si quiero algo, le pido un vaso de agua, tengo la boca tan seca… 

Y aquí estoy, son las 7:15 y hace un calor bastante importante, me cubre una capa de sudorcillo, miro a mi alrededor, espero.. el chico que estaba en la otra punta se acaba de echar en un sofá. Solo me queda esperar.. el móvil que reconoce ya 2 compañías no me deja conectarme ¿Activé el roaming? Los de vodafone no debieron activarmelo, serán paquetes… igual no se lo pedí explicitamente pero hablé como con 4 o 5 de que me iba a Guinea…tendría que… bueno. 

Voy a seguir aquí sudando, digo esperando. 

PD: Esto es lo que anote en una libreta en aquel sofá tal cual... para ser justo y agradecido, debería escribir la contracrónica, del chico que se pegó un madrugón para que un cretino españolito al que estaba haciendo un favor me mirara como si fuera un ganster o algo así.... y el problema habría que encontrarlo en la comunicación... son mas directos aquí, te dicen lo que hace falta y punto.Ya voy cogiendo el punto.

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