viernes, 12 de octubre de 2012

8.-


Uno de los efectos colaterales de mi vida aquí con algo más de soledad y algo menos de luz eléctrica es que estoy leyendo mucho. Hoy me empeñé en terminarme el cuarto libro que tenía entre manos para poder escribir “me he leído 4 libros en un mes” (con lo tonto que suena…)
 Dos de ellos me los regaló mi amigo Diego “Mal de Escuela” y “Las crónicas de la señorita Hempel” un ensayo y una novela de “profesores y alumnos”. Me han encantado. Como casi todas las historias de profes los protagonistas dan clases de lengua o literatura. Nosotros también aparecemos, sí, pero como personajes secundarios, claro está: la severa profesora de matemáticas de gran corazón o el profesor de física que siempre lleva alguna mancha de más en la camisa.
En el último relato de la señorita Hempel tras haber dejado la enseñanza y encontrarse a una antigua alumna, no puede evitar rememorar la sensación que le provocaba pasarse la vida rodeada de “…personas en su estado más puro, aún libres del embotamiento que provoca el vulgar acto de la supervivencia, inexpertos en el arte del disimulo”.Como un resorte me catapulté al recuerdo de la obra de teatro… como se llamaba…aquella que vimos en el teatro Pradillo que representaban 5 niños y que me impactó de una manera tan rotunda.
Al otro lado de esos mundos en ebullición estoy yo explicando que para meterlo dentro de la raíz hay que elevar el factor al índice de la raíz en cuestión. // ¿Pero no puedes decirme ninguna medida de volumen?¿Kg es una medida de volumen…metro tal vez? Silencio… Al final eligió bien, no los litros o los cm3 sino su técnica de quedarse absorta mirando al frente para que dejara de preguntarle y pasara a otra persona.

No hay comentarios: